Este producto se ha quedado sin stock. Puedes consultarnos al respecto.
Danza sincopada de la percusión, esencia de jazmín. Roce de hojas de Guanacaste, verdes como la esmeralda. La piña reluce en todas sus facetas. Se hace for a la luz del cardamomo, ribeteada con espuma de bergamota. A esa hora, la vainilla se enciende. Si me llevara el viento del benjuí, si la resaca del mar convirtiera mi corazón en pachuli, regresaría a Tamarindo, donde los cuadros se exponen en la selva. Entre las arañas gigantes y los lagartos felices, la inspiración escoge un perfume voluptuoso.